AYER
Ayer...
llegaste sigiloso entre lo obscuro
de la noche, te sentí venir,
galopando de prisa
y sin miedo, hasta mi llanura,
subiste montes
recorriste de este a oeste todos los espacios
explorando muy lentamente
cada grieta de mi ser .
Ayer...
como casi todos los días
entraste en mis sueños,
como un ladrón...
como mariposa al vuelo
te posaste sobre mis entrañas,
mis pezones erguidos te deseaban
perdiéndome así
en lo salobre de tus besos.
Ayer...
tenuemente la bruma cubrió la mañana,
sentí frío, desperté,
no estabas en mi lecho,
abrí los ojos a la luz
y súbitamente de un pequeño sollozo
terminé con este sueño imaginario
que envolvió por instantes
mi mente de locura .
INCENDIO
Mi falda rueda por mis piernas
tus expertas manos
deshacen botones
de mi transparente blusa,
resplandezco como Eva ante tus ojos.
Tiemblo,
deliro, ardo hasta la locura,
me prendo a rojo vivo,
me incendias con tu sexo,
consumiéndonos,
me pierdo.
Erótizas la vellosidad
de mi carne con tus besos,
me esculpes como muñeca
de arcilla, alfarero.
Mis turgentes senos
y mi erógeno cuello
reclaman la sutileza de tus dedos.
Deshojas mis margaritas,
descansas...
enciendes nuevamente
mi impetuosa hoguera,
renuevas el orgasmo
muriendo y viviendo
otra vez en mi.
NOCHE INCONCLUSA
Noche de Abril
aún te recuerdo,
¡Ah! sí
noche aquella...
inolvidable suspenso,
corazón de madera
circundando mi sexo,
jadeo lubrico
colgado del reloj,
a galope viajó el minutero
¡lo recuerdo!
en silencio el frenesí,
¡Basta!
el grito del equívoco;
su rostro fusionándose
de pasión y dolor.
Momento antecedido
de un roce de manos
intercambio de miradas
un carrusel de sonrisas
música martillando neuronas.
Dos bocas
confiando sus secretos
prendas huyendo de mi cuerpo,
mis pechos volando a la torre
y la duda llenando mis poros.
Esa noche inconclusa
espera paciente la hora
del morir sin reproches.
ULISES EN EXTASIS
¡Calipso soy !
con mi canto de sirena te enamorare...
mi isla , te abrazara
¿y, yo ?
te besare.
La furia de los mares
te trae a la playa de cuerpo
a la deriva navegas por la gruta de mis riscos.
¡Ven a mí !
amado Ulises ven a mí,
quiero que hagas conmigo
lo impúdico,
quiero que sobre el lienzo
de mi silueta
escribas lo impublicable,
siente ese ligero temblor que recorre mis huesos.
Pronúnciame, cosas
que no volveras a repetir,
bésame...
sumérgete en mis aguas,
fuente de vida.
Amárrame,
fúndete con mi cielo
hasta el éxtasis.
¿y, yo ?
dejare que bebas
la ambrosía, el néctar que sale de mi vientre.
EVOCACIÓN
El ébano intenso se posa
sobre mi,
me sumerge en el insondable abismo de los recuerdos.
¡Ahora lo veo !
le tengo frente a mi, otra vez como antes,
cuando todo era rosa,
cuando las flores eran perfume
y en mis ojos la mirada de candor.
Le entregué la llave que abriría mi cofre,
las princesas de la noche nos iluminaban de lo alto,
y germinó su beso en mis labios.
Mi lecho nieve de invierno,
selva virgen mi cuerpo ;
hizo safari por mi jungla,
y sortilegio con mis cabellos.
Fue el oasis de mi desierto,
la leña en mi hoguera,
y fue el colonizador de mi monte de Venus...
¡él, fue el primero !
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